Más allá de la corrección (II): utilizar lenguaje expresivo

Como decía en mi post anterior, hay toda una dimensión más allá de la corrección que hay que explorar, entre otras cosas porque supone la diferencia entre un nivel B1 o B2, con el que se supone que los alumnos llegan de primaria, y los niveles superiores (ver entrada "Pasar de un B2"). Además, cuando descubrimos esta capacidad expresiva de la lengua, cuando nos hacemos conscientes de ella, empezamos a disfrutar mucho más del idioma. Pero ¿cómo trabajar este aspecto? ¿Cómo conseguir que los alumnos vayan más allá de utilizar el vocabulario que conocen, muchas veces correcto, pero más bien plano?

Hay un recurso con el que se trabaja mucho en el sistema anglosajón, que son los bancos de palabras. Os dejo un ejemplo aquí:

Hay muchos recursos de este tipo en Internet, pero también existe la posibilidad de crearlos con los propios alumnos. Esto tiene la ventaja de que el esfuerzo que ponen en la creación de este banco de palabras repercute directamente en su aprendizaje, y al terminar la actividad es fácil que ya hayan aprendido alguna de las palabras. 

Estos bancos de palabras se suelen dejar a la vista, muchas veces en formato de póster en la pared, para que los alumnos puedan recurrir a ellos y buscar palabras mejores. Esto les ayudará, de nuevo, a aprender las palabras, y además, a expresarse con más precisión. Conozco un profesor de historia que incluso proyecta los nexos y las expresiones más importantes durante los exámenes de historia, y así consigue que las respuestas de sus alumnos sean mucho mejores, no porque hayan estudiado más, si no porque tienen más recursos para expresar lo que saben con claridad.

El banco de palabras que veis más arriba está diseñado para alumnos nativos de inglés y por ello requerirá de una adaptación para nuestros alumnos, para los que el inglés es una lengua extranjera. Mientras los profesores de los hablantes nativos pueden partir de la base de que sus alumnos sabrán utilizar estas palabras, y todo lo que necesitan hacer es recordárselas, en nuestro caso hay que trabajar su uso. Por ejemplo, tenemos que dejar claro que wicked es sinónimo de bad cuando se habla de personas o de intenciones, comentarios, etc., pero que no se puede utilizar para hablar de un resfriado, mientras que awful sí es sinónimo en este contexto. Esto, que parece evidente, es un trabajo que hay que hacer para que este vocabulario sea realmente productivo.

Otro ejercicio que se puede hacer es ordenar las palabras de menos a más, es decir las que expresan una idea de manera más neutra y las que lo hacen con más fuerza. O en función de la connotación más o menos positiva que tienen las palabras, etc. La cuestión es que no vale con mostrar las palabras, si no que hay que distinguir unas de otras y entender los matices y las colocaciones para que pasen a formar parte del vocabulario activo de los estudiantes.

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